Seguro que alguno de vosotros os sentiréis identificados con este prólogo: “7.00h AM. Suena el despertador. Horrible. Alargo la mano a ciegas y lo pospongo. Dormiré solo un ratito más. 7.15h AM. Vuelve a sonar. Bufff, qué sueño. Lo apago. Un ratito más… Después de varias veces sonando, ya son las 9.30h. Llego tarde a trabajar. Podría esperar un rato más y llamar al trabajo diciendo que no me encuentro demasiado bien. Total, a estas horas ya tendré que dar explicaciones. Lo mejor será decir que no voy. Tengo tanto sueño, qué pereza, no quiero ir. Mando un mensaje a mi jefe diciendo que he pasado una mala noche. Vuelvo a dormir. Pasan las horas, no me quiero levantar. Empiezan los pensamientos de culpabilidad. Ya lo he vuelto a hacer. Si continúo así, al final me echaran. 14.00h PM. Llama mi madre. Miento y le digo que estoy trabajando. No quiero salir de la cama, no quiero afrontar el día. No me siento orgulloso. Esto no puede continuar así. Mañana voy seguro.”...
Dr Romeu: Web